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El sindicalista Daniel Fernández Villa es agredido en la cámara de comercio de Sevilla

  • Patricia Rebollar, Nerea Velilla
  • 17 oct 2017
  • 2 Min. de lectura

El asaltante es miembro de un grupo racista sevillano

Daniel Fernández Villa, portavoz del sindicato andaluz de trabajadores del SAT desde hace 8 años y diputado en el Congreso por la coalición Unidos Podemos, fue apuñalado ayer con una navaja delante de la Cámara de Comercio de Sevilla. El agresor fue Mauricio Navarro, miembro de un grupo racista sevillano. Fernández Villa fue trasladado al hospital de Sevilla y actualmente se encuentra en estado grave.



Fernández Villa tenía, a la una del mediodía, una reunión con el presidente de la asociación de agricultores y ganaderos a propósito de discutir sobre el despido de unos trabajadores marroquíes en la Cámara de Comercio de Sevilla. El sindicalista anunció que, si en la reunión con el presidente de la asociación de agricultores y ganaderos no conseguía evitar el despido masivo, volvería a convocar una huelga indefinida.


La teniente Castillo, que estaba al tanto de la situación, decidió ordenar a la policía que formase un cordón policial en el camino entre el taxi y la puerta, ya que había manifestantes con piedras en la mano.


Daniel F.V que dejó de ver peligro, rechazó la protección policial. En ese momento, los manifestantes se apresuraron a lanzarle piedras y el comenzó a correr hacia el edificio. Mientras los agentes de policía intentaban apartar a los manifestantes del camino, el agresor Mauricio Navarro aprovechó la situación y consiguió abalanzarse sobre Daniel Fernández para apuñalarlo.


El agresor, que formaba parte de un grupo racista sevillano, fue detenido una hora más tarde en su vivienda particular de Sevilla. La policía halló la navaja usada contra el sindicalista en un contenedor próximo a su domicilio.


Fernández Villa ya había tenido algún que otro pulso con la administración. Hace dos años, el portavoz del SAT, convocó una huelga indefinida en su sector, en la que el objetivo principal era que los trabajadores marroquíes fuesen tratados igual que los españoles en las fincas de Andalucía.


Dicha huelga duró 27 días, y el gobierno, para paliar el problema, nombró 500 inspectores para verse cumplidas las leyes sobre la igualdad de derecho.


El taxista, que presenció los hechos por ser quien llevó al sindicalista a su cita en la Cámara de Comercio, llamó a la redacción del periódico ABC de Sevilla para comunicar lo ocurrido.


 
 
 

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